La mujer en la literatura: Dolores Veintimilla de Galindo
Historicamente, la mujer se ha visto desplazada en varios campos de arte y de la ciencia, pese a demostrar talento y sapiencia.Debido a que las sociedades occidentales se crearon con un modelo patriarcal; asi el hombre ostentaba poder aunque la mujer era determinante
El primer inconveniente no radicaba ni siquiera en poder acceder a la escritura o a la pintura dino en acceder a la lectura.Leer era un privilegio. Cuando lo hacian, la mujer leía a escondidas libros que le eran permitidos, como de habitos y costumbres, pero no obras literarias.
Dolores Veintimilla de Galindo
Dolores Veintimilla es considerada como la gran iniciadora del Romanticismo en su pais. Nacio en Quito,en 1829.Accedió a estudios en una epoca en el que la educación estaba restringida para las mujeres. A los 18 años contrajo matrimonio con el medico Colombiano Sixto Galindose translasaron a vivir a Guayaquil y luego a Cuenca, donde ella formo parte de los circulos literarios e intelectuales. Su esposo se marcho a Centroamérica y la dejo sola con su hijo.
Se ganó la enemistad del clero
Sobre la participación de la mujer en la sociedad
En el periodó que va de los años 1850 a 1930, aproximadamente se impartian conocimientos en filosofía, teología,ciencias biológicas y exactas, pero comunicar los sentimientos individuales y persinales no era bien visto
Las mujeres no podian sufragar ni asustir a la Universidas
Poema: Quejas de Dolores Veintimilla
¡Y amarle pude! Al sol de la existencia
se abría apenas soñadora el alma…
Perdió mi pobre corazón su calma
desde el fatal instante en que le hallé.
Sus palabras sonaron en mi oído
como música blanda y deliciosa;
subió a mi rostro el tinte de la rosa;
como l ahoja en el árbol vacilé.
se abría apenas soñadora el alma…
Perdió mi pobre corazón su calma
desde el fatal instante en que le hallé.
Sus palabras sonaron en mi oído
como música blanda y deliciosa;
subió a mi rostro el tinte de la rosa;
como l ahoja en el árbol vacilé.
Su imagen en el sueño me acosaba
siempre halagüeña, siempre enamorada;
mil veces sorprendiste, madre amada,
en mi boca un suspiro abrasador;
y era él quien lo arrancaba de mi pecho;
él, la fascinación de mis sentidos;
él, ideal de mis sueños más queridos;
él, mi primero, mi ferviente amor.
siempre halagüeña, siempre enamorada;
mil veces sorprendiste, madre amada,
en mi boca un suspiro abrasador;
y era él quien lo arrancaba de mi pecho;
él, la fascinación de mis sentidos;
él, ideal de mis sueños más queridos;
él, mi primero, mi ferviente amor.
Sin él, para mí el campo placentero
en vez de flores me obsequiaba abrojos;
sin él eran sombríos a mis ojos
del sol los rayos en el mes de abril.
Vivía de su vida apasionada;
era el centro de mi alma el amor suyo;
era mi aspiración, era mi orgullo…
¿Por qué tan presto me olvidaba el vil?
en vez de flores me obsequiaba abrojos;
sin él eran sombríos a mis ojos
del sol los rayos en el mes de abril.
Vivía de su vida apasionada;
era el centro de mi alma el amor suyo;
era mi aspiración, era mi orgullo…
¿Por qué tan presto me olvidaba el vil?
No es mío ya su amor, que a otra prefiere.
Sus caricias son frías como el hielo;
es mentira su fe, finge desvelo…
Mas no me engañará con su ficción…
¡Y amarle pude, delirante, loca!
¡No, mi altivez no sufre su maltrato!
Y si a olvidar no alcanzas al ingrato,
¡te arrancaré del pecho, corazón!
Sus caricias son frías como el hielo;
es mentira su fe, finge desvelo…
Mas no me engañará con su ficción…
¡Y amarle pude, delirante, loca!
¡No, mi altivez no sufre su maltrato!
Y si a olvidar no alcanzas al ingrato,
¡te arrancaré del pecho, corazón!
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